La sincronicidad en la política

Luis Beltrán Guerra G.

Por: Luis Beltrán Guerra G. - 02/11/2025


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“La sincronía” para la Real Academia española “es la coincidencia de hechos o fenómenos en el tiempo”. En criterio del “DRAE” “sincronismo, sincronización, simultaneidad, coincidencia, coexistencia, concordancia, coordinación y contemporaneidad” son sus sinónimos y antónimos “diacronía y asincronía”.

Tengamos presente, asimismo, que para la IA, a la cual acudimos con frecuencia, no sabemos si por pereza, por miedo a los filósofos, particularmente, a los clásicos, o si más bien por el dominio que con respecto a los humanos irradia la metodología, “la sincronicidad” es la coincidencia significativa y no causal de dos o mas eventos”. Y en un contexto más científico se atribuye a la psiquiatria, como lo hemos manifestado en ensayos anteriores, el calificarla como “la conexión de sucesos aparentemente no relacionados y que tienen un sentido especial para la persona que los vive”. Distinto del “azar”, pues la primera implica un patrón con un sentido o propósito, mientras que “el albur” es aleatorio y sin significado inherente.

A “la política”, la otra palabra del título, todo lo contrario de “la sincronicidad”, no ha sido complicado definírsele, pero no puede negarse que ambas palabras confrontan serios aprietos, tanto para interpretárseles, como en lo concerniente “a la puesta en práctica” de lo que definen. Esto último, mucho más en lo que concierne a la política.

Leemos que la “política” está llamada a describir, por un lado, “la forma de un Estado ideal” y por el otro a determinar “la forma del mejor Estado posible”, lógicamente, en el contexto de determinadas circunstancias”. Se argumenta, asimismo, que, no obstante, haberle sobrado definiciones prosigue como “uno de los conceptos más equívocos y al cual se le han juntado “confusiones terminológicas”. Acudiendo a la lingüística no ha de hacerse mucho esfuerzo para constatar que ha sido una de las palabras más explicadas, pero, asimismo, mucho más utilizadas y en no muy pocas hipótesis sin saber qué es y en qué consiste. Lo opuesto, es más bien lo que acontece, particularmente, si indagamos ¿para qué sirve?, pues una numerosa mayoría acude a ella pensando únicamente en su propio beneficio: 1. Actuar arbitrariamente, 2. Meter las manos en el erario, 3. Perseguir a aquel que discrepe de sus comportamientos, 4. Realizar actividades penadas por ilícitas, a sabiendas que nada les sucederá y 5. Apropiarse de las instituciones públicas, transgrediendo constituciones y leyes. La IA nos ayuda así: 1. “Las arbitrariedades políticas son actos o decisiones que se toman sin un fundamento legal o racional, basándose únicamente en la voluntad o el capricho de la autoridad, 2. Estas acciones a menudo se asocian con regímenes despóticos o autoritarios y se oponen al principio de legalidad y 3. Algunas de las arbitrariedades políticas más comunes son: a) corrupción política, b) desconexión con la realidad, c) detenciones arbitrarias, d) uso de leyes ambiguas y e) la aplicación de leyes con tipos penales poco claros y discrecionales para justificar acciones represivas. Consecuencialmente, habría que afirmar que si a la política se le midiera en atención a lo que realmente ha sido, es y probablemente prosiga, laudatoriamente concluiríamos que hemos de leer el libro del psiquiatra Cesar Landaeta, quien narra que “el Rey Carlos I de Inglaterra cuando iba a ejecutársele, se le expuso que podía concedérsele un último deseo, a lo cual manifestó que se le permitiera usar dos camisas, arguyendo que deseaba evitar que sus enemigos le vieran temblando. Landaeta manifiesta que al escuchar la anécdota de su profesor en bachillerato entendió que Carlos I estaba infringiendo “una bofetada moral en plena cara a sus rivales”. Pero, también, narra que a su compañero de pupitre se le escuchó “una buena mandada al carajo”. En lo relacionado a la política el mensaje del rey se aplicaría a los denominados irónicamente “políticos profesionales”.

Por el contrario, en lo “que ha debido ser, la tarea sería la lectura a Aristóteles, para quien “es evidente de que existe una ciencia a la que corresponde indagar cuál es la mejor constitución, cuál más que otra es adecuada para satisfacer nuestros ideales y cuál se adapta a las diferentes condiciones para ser puesta en práctica”, supuesto ineludible para un buen gobierno.

En las últimas décadas una de las ofensas más significativas a las sabias definiciones del filósofo, ha sido la denuncia con respecto a la asociación de gobernantes y políticos con “el narcotráfico”, considerado como “una actividad ilegal y una preocupación de seguridad nacional para muchos Estados”. Sin embargo, se vuelve más complejo y difícil de combatir a medida que se adapta y se expande más allá de las fronteras nacionales. Suele funcionar en un marco global con dinámicas entrelazadas. America Latina, a la cual se señala involucrada, casi sin excepciones, en tan terrible actividad, ha pasado a ser vigilada de día y noche por fuerzas militares de los Estados Unido, cuyo gobierno legitima por los daños que para su población genera el tráfico hacia su territorio de enormes cantidades de estupefacientes. Señala, adicionalmente, que hasta el erario publico se pretende alimentar con dinero proveniente de la droga. ¿Estarán exentos políticos y empresarios de la terrible componenda? No deja de ser una buena pregunta.

En aras de finalizar este complicado ensayo, conformémonos con expresar, por via de repetición, que “la sincronicidad es la coincidencia significativa de dos o más eventos que no están causalmente conectados”. Mientras que “la sincronización” es el acto de hacer que dos o más procesos o fenómenos ocurran de manera simultánea y ordenada en el tiempo.

Qué será, por consiguiente, mas provechoso, ubicar a la política con la “sincronicidad” o la “sincronización”, tema complicado. Creemos que pudiera afirmarse que en la una o en la otra, inclusive, en las dos, en la medida en que propendamos a:

1. La descripción de un Estado ideal, y

2. La determinación de la forma del mejor Estado posible en relación con determinadas circunstancias.

@LuisBGuerra


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