Por: Luis Gonzales Posada - 09/10/2025
Constituye una extraordinaria noticia que, bajo patrocinio del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con apoyo de Egipto, Turquía y Catar, el gobierno de Israel y Hamas acordaran suscribir la primera fase de un histórico acuerdo de paz.
Este suceso ocurre cuando se cumplen dos años de la masacre perpetrada el 7 de octubre del 2023 por la secta terrorista Hamas, organización política y paramilitar palestina constituida en 1987.
En esa infausta fecha,militantes del maligno grupo subversivo penetraron en territorio israelí desde la Franja de Gaza, de 365 kilómetros cuadrados de extensión, utilizando motos y camionetas Mataron a 1, 219 jóvenes y secuestraron 254, que participaban en un festival de música al aire libre.
Fue un acto de barbarie, cobarde e infame, propio de sicópatas que hacen del odio la razón de su existencia. Los asistentes al evento se divertían sanamente Cantaban y bailaban, algunos en compañía de familiares.
En la madrugada escucharon detonaciones y pensaron que era el sonido de cohetes y fuegos artificiales que acompañan las festividades.
Se equivocaron.
Era el sonido de la muerte que precedía al estallido de 2,500 proyectiles lanzados contra pueblos judíos de la periferia, acción bélica demencial complementada con el ingreso de comandos terroristas que acribillaron a los asistentes. A quienes se refugiaron en zaguanes los ultimaron a balazos y granadas de guerra.
Los que huían fueron abatidos con fuego de metralla y otros degollados.
Muchas mujeres resultaron raptadas, violadas y asesinadas.
Los Kibutz, comunidades rurales cerca de la frontera, fueron arrasados y sus habitantes muertos, entre ellos ancianos que cumplían la altruista labor de facilitar ayuda médica y alimenticia a niños gazeties.
El secretario de Estado del Vaticano, cardenal Piero Perolin, vocero de Su Santidad León XlV, calificó ese cruento episodio de "masacre indigna e inhumana", agregando que "incluso la legítima defensa debe respetar el principio de proporcionalidad y que la guerra resultante ha tenido consecuencias inhumanas", en referencia a los ataques militares ordenados por el premier Benjamín Netanyahu, que causaron 65 mil muertes.
Ahora se abre, sin embargo, una esperanza para terminar con esta tragedia de impacto global.
A través de una mesa de diálogo las partes en conflicto han acordado la liberación de rehenes y prisioneros , un alto al fuego, el repliegue de tropas israelíes, ingreso de ayuda humanitaria y la reconstrucción del área destruida.
El escenario de las
negociaciones será la ciudad de Sharm el Sheji, en Egipto.
Un antecedente valioso que proyecta la potencia diplomática norteamericana fueron los Acuerdos de Abraham, suscritos en Washington D.C. el 15 de septiembre del 2020, bajo la presidencia de Donald Trump, que normalizaron las relaciones diplomáticas entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos, Baréin, Sudán y Marruecos.
Las tarea pendiente de la diplomacia estadounidense y de las democracias europeas, son liberar a Venezuela del sátrapa chavista, Nicolás Maduro, causante de numerosos asesinatos, encarcelamientos, torturas y éxodo de 8 millones de sus compatriotas, así como neutralizar al genocida ruso, Vladimir, Putin, que desde hace tres años y medio bombardea edificios de viviendas, hospitales y escuela ucranianas, pero que no ha podido doblegar el espíritu patriótico de ese pueblo, conducido por el admirable mandatario demócrata Volodimir Zelensky.
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