El fin de la ilustración

Beatrice E. Rangel

Por: Beatrice E. Rangel - 25/02/2025


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Henry Kissinger predijo el fin de ese periodo de luces conocido por la humanidad como la Ilustración víctima de los avances en materia de inteligencia artificial. Según el al aprender las maquinas a tomar decisiones sin colocar estas decisiones dentro de un marco de principios y valores el mundo seria llevado al limite en materia de conflictos que difícilmente se podrían solucionar mediante la razón.

Pues he aquí que se equivocó. Resulta que los humanos nos estamos adelantando a ese momento en que las maquinas tengan capacidad para decidir por nosotros y estamos destruyendo a mandarriazo puro el orden internacional que surgió de la Ilustración.

Y lo terrible es que el ataque certero y brutal no viene de naciones recién creadas y agrupadas dentro de una denominación de Sur Global. No, los ataques a los cimientos del orden internacional vienen del país que surgió de la Ilustración. Porque si bien la Ilustración vio la luz en suelo europeo donde encarnó fue en América. La primera democracia verdadera surgió en 1776 en suelo americano y desde entonces no ha hecho otra cosa que iluminar el sendero de la libertad para múltiples naciones.

Pero esa creación única del hombre culto y civilizado esta sub judice por sus propios hijos que parecen estar mas interesados en sumar billones a sus cuentas bancarias y alardear de guapos de barrio por el mundo entero antes de sujetarse a las normas de la republica que describiera Benjamin Franklin. Y esas normas demandan adhesión a ciertos procedimientos que permiten sumar voluntades, agregar intereses y resolver conflictos para así crear una comunidad capaz de sostener una república.

Pero por alguna razón telúrica se ha tomado el camino de modificar el andamiaje institucional de una nación repartiendo patadas y pescozones a diestra y siniestra sin hacer pausa para explicar las razones que asisten a la conducta desplegada. El resultado es que vemos con temor los noticieros vespertinos y abrimos con horror las computadoras en la mañana ante lo que tememos será un desfile de improperios y conductas violentas contra servidores públicos cuyo único pecado ha sido emplearse con el gobierno federal. Asistimos espantados a la falta total de respeto hacia la investidura presidencial por parte de un sujeto que si bien es una reconocida figura del mundo empresarial no tiene derecho alguno a minusvalorar al presidente de los Estados Unidos con su actitud desfachatada; su vestimenta informal y la compañía de un chiquillo que interrumpió a Donald J Trump en su intervención en la rueda de prensa convocada para que su padre explicara la lógica de los ataques a la burocracia federal. En el mundo estamos colocando al victimario en el mismo nivel de la víctima al proclamar que Ucrania inició la guerra y que su presidente es un dictador. Ni hablar de la presencia de Estados Unidos en Múnich en la Conferencia de Seguridad Europea en la que se abstuvo de ejercer la cortesía y saludar al canciller de la república para irse a reunir con agrupaciones neonazis que niegan el holocausto. En paralelo la retórica oficial ensalza a un criminal de guerra como Vladimir Putin y pisotea a uno de los mandatarios más heroicos de este siglo Volodomyr Zelenzky.

Nadie duda que el tamaño del gobierno federal debe reducirse. Tampoco se duda que el problema de la deuda pública debe ser tratado con celeridad y urgencia porque estamos licuando el dólar y empegnando el futuro de nuestros hijos y nietos. Pero esos fines son alcanzables construyendo consenso y siguiendo las normas. Alcanzar esos fines destruyendo el tejido institucional es exactamente lo mismo que han hecho los lideres del socialismo del Siglo XXI en sus naciones ubicadas al sur del Rio Bravo. Iniciaron su carrera explotando los conductos que toda democracia ofrece para una vez instaurados en el poder destruir l a institucionalidad y perpetuarse en el poder. Ese sendero pareciera ser atractivo para los actuales gobernantes de estados Unidos toda vez que ya el congresista Andy Ogle, republicano de Tennessee introdujo una propuesta de enmienda constitucional para permitir que Donald Trump opte por la reelección. La compañía que rodeo a Estados Unidos en el reciente voto cuasi unánime de la Asamblea General de la ONU condenado la invasión de Rusia a Ucrania parecería reflejar un distanciamiento de la democracia liberal creada en el siglo XVIII y un acercamiento a la tentación autoritaria. Porque con Estados Unidos votaron en contra de la resolución Haití, Palau, Burkina Fasso, las Islas Marshall, la Republica Centro Africana, Guinea Ecuatorial, Palau Burundi, Níger, Nicaragua, Sudan, Bielo Rusia, Rusia Corea del Norte; Sudan; Siria; Eritrea y Mali. Ciertamente una compañía que nos llama a reflexionar sobre la fecha de vencimiento de la Ilustración como fuente de inspiración de la mayor democracia del mundo.


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