El corolario Trump y el Orden Mundial

Beatrice E. Rangel

Por: Beatrice E. Rangel - 10/12/2025


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Estados Unidos acaba de dar a conocer su estrategia de seguridad nacional bajo el nombre del corolario Trump a la doctrina Monroe. Cabe anotar que este seria el segundo corolario a la doctrina Monroe cuyo contenido se resume en una sola frase pronunciada por James Monroe en 1823 cuando presentó su informe anual al congreso de los Estados Unidos. “Europa no debe intervenir en las Americas”. Con ello James Monroe blindó al hemisferio occidental de las pugnas entre las naciones de Europa que llevaron a esa región a múltiples conflagraciones regionales y dos guerras mundiales. En 1904 Theodore Roosevelt estableció el primer corolario cuando indicó que “Los Estados Unidos tienen el derecho de intervenir en las naciones de América Latina si estas fueran inestables o incapaces de manejar sus asuntos internos”. El corolario Trump es parte de la nueva estrategia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos publicada el 4 de diciembre del 0225. En ella se afirma que el Hemisferio Occidental (léase América Latina y el Caribe) será la región con mayor prioridad para los Estados Unidos. En efecto, la estrategia reorienta el énfasis militar, de seguridad y de política exterior estadounidense hacia América, invocando una versión modernizada de la antigua Doctrina Monroe para afirmar la influencia estadounidense, contrarrestar actividades ilícitas (como el narcotráfico) y gestionar la migración y la estabilidad regional.

La estrategia da prioridad en los asuntos externos apunta también a reducir la dependencia de Estados Unidos de cadenas de suministro foráneas y remotas y a la priorización de relaciones de intercambio con aquellas naciones del hemisferio que contribuyan a reducir la dependencia de cadenas de suministro extracontinentales (léase China). Y desde luego deja vigente en materia de intervención al corolario Roosevelt para casos de estados fallidos por la penetración del crimen organizado transnacional (léase por de pronto Haití y Venezuela)

La visión global de la estrategia divide al mundo en tres regiones. El Hemisferio Occidental donde el primus inter pares es los Estados Unidos,

Europa que debería de ahora en adelante proveer su propia densa y posiblemente llegar a un modus vivendi con Rusia ya que al retirarse Estados Unidos quedara el terreno despejado para avanzar luego de Ucrania sobre, Polonia y Hungría y desde luego usar los productos energéticos como espada para su penetración económica en el corazón europeo.

Luego esta China a quien parece adjudicársele el orden asiático pero ejecutando una estrategia de contención de manera que no se atreva a intentar anexarse Taiwán. Esto, desde luego, debe tener a Japón algo preocupado. Taiwán, por el contrario, debe sentir un alivio al declarar el documento que su independencia será protegida via de una política de disuasión que llevará a Estados Unidos a quintuplicar su presencia militar en aguas asiáticas. Porque para suerte de Taiwán un tercio del comercio mundial circula por el primer anillo de islas que incluye a Japón, Indonesia, las Filipinas y Taiwán. Eso sí, esa presencia deberá ser costeada entre los Estados Unidos sus países aliados (léase Japón y Corea del Sur) y los países sujetos a su protección. En síntesis se traslada el modelo OTAN a los mares del Pacifico

Volviendo al Hemisferio Occidental si bien la estrategia de Seguridad Nacional no lo explicita está claro que el estado norteamericano es consciente que el exitoso redespliegue de la tercera ola de desarrollo tecnológico demanda un conjunto de materias primas ausentes o poco robustas en su territorio como es el caso de las tierras raras. También es consciente que habrá que colocar talleres de producción de partes para las computadoras quantum en el vecindario para reducir el riesgo de shocks económicos o saboteo por parte de potencias enemigas. También queda claro que se intentara reducir el impacto económico de la caída de demanda agregada domestica con demanda de otros países del hemisferio.

Y a mi modo de ver es allí donde está el talón de Aquiles de la estrategia porque para que esto suceda es necesario contar con vibrantes y crecientes clases medias al sur del Rio Bravo. Pero resulta que las políticas económicas de casi todas las naciones con excepción de Barbados, Chile, Costa Rica y Uruguay se han distinguido por atacar ferozmente a las clases medias y favorecer a un empresariado no competitivo que triunfa gracias a las paredes arancelarias. Adicionalmente, el redespliegue de usinas para la producción partes para las computadoras quantum demanda de una mano de obra con fluidez digital. Y acontece que América Latina es una región con una gran brecha digital que la coloca después del África Sub Sahariana y el Norte de África. Por tanto habrá que comenzar por entrenar la mano de obra de los países de América Latina en los oficios digitales, tarea que podría tomar al menos un decenio suponiendo que los responsables de las políticas publicas se den cuenta que esta es una tarea fundamental para no perder el tren del desarrollo como ya paso con la Alianza para el Progreso.

En síntesis la nueva estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos es un paso positivo hacia el esclarecimiento de los objetivos que Estados Unidos persigue en el mundo y representa en cierto modo una oportunidad para las naciones del Hemisferio Occidental. La gran pregunta es si estas naciones entenderán de que se trata y estarán a la altura de estas nuevas circunstancias.


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