Democracia y crimen organizado en Argentina

Hugo Macchiavelli

Por: Hugo Macchiavelli - 05/04/2023

Columnista invitado.
Compartir:     Share in whatsapp

Conferencia en el Instituto Interamericano para la Democracia

Miami, 21 de febrero de 2023

La democracia en Argentina fue recobrada hace 40 años, después de la dictadura militar que se prolongó desde 1976 hasta 1983. Las democracias en algunos países latinoamericanos son aún demasiado jóvenes. Imperfectas e inmaduras. Un contexto ideal para el avance del Crimen Transnacional (en forma de mafias que incluyen organizaciones criminales, terroristas y del narcotráfico), del mismo modo en que ocurrió en Europa durante el siglo XX. Para pensar en el avance del Crimen Organizado en la Argentina (y en la región), es interesante observar la nota del periodista y escritor Arturo Santamaría Gómez en la publicación en Noroeste.com sobre México Estado Narco, que sitúa el inicio del Crimen Organizado luego del Plan Cóndor de 1975-1976. En la nota se subraya que “La operación limpieza de la DEA, la agencia antinarcóticos norteamericana, demostró que los narcos intervienen en el gobierno tanto de AMLO como de Felipe Calderón”.

El caso del cartel de Sinaloa extendiéndose en la región es un ejemplo. Su avance y ramificaciones llegaron a la Argentina. Hace algunos meses escribí para La Nación, el medio donde trabajo, una entrevista a Javier Cardona Ramirez, alias Jota, un capo narco que colaboró con la DEA mientras estuvo preso unos veinte años en este país. Él conoce como pocos el tema y habló sobre el avance del narco en la región y, en particular, en la Argentina. Considera que los principales carteles aprovechan la corrupción de los gobiernos que negocian con esas organizaciones que cuentan con grandes sumas de dinero; y que especialmente El Cartel de Sinaloa fue el responsable del carfentanilo que llegó al país en los últimos meses y se cobró la vida de más de 25 consumidores. El hecho fue conocido como Puerta 8, por el lugar en donde se comercializó esa droga entre varios distritos manejados por un narco que está preso y fue candidato a intendente.

(https://www.lanacion.com.ar/lifestyle/el-cartel-de-sinaloa-esta-en-argentina-fue-capo-narco-trabajo-con-pablo-escobar-y-ahora-colabora-con-nid05082022/).

Algo similar ocurrió en Colombia tras la muerte de Pablo Escobar Gaviria. A partir de la persecución -y desarticulación- en gran medida de los carteles de Medellín y de Cali, el narcotráfico se ha fragmentado en las denominadas BaCrin (Bandas Criminales). Sus cabecillas se expandieron dentro de Latinoamérica que siguieron con el legado de “El Patrón del Mal” en la región, en especial en México. Del liderazgo colombiano, se pasó a un predominio del narco mexicano. Los datos del crimen organizado en el país azteca alcanzaron un récord que superó lo ocurrido en Colombia en los años 80 y 90. La brutalidad de los crímenes más sangrientos en los primeros años de los dos mil, no pudo ser evitada por las autodefensas y mucho menos por las fuerzas de seguridad o militares mexicanos. Un ejemplo es lo que ocurrió con el cartel de Los Zetas, que devino del equipo de élite militar que había mandado el gobierno para controlar el narcotráfico en el norte del país que exibió cabezas colgadas en los puentes, asesinato de periodistas y, por primera vez, ejecuciones filmadas con sangre a borobotones al ritmo de los narcocorridos.

El avance del narco en Paraguay y Bolivia también es notable e incluye su penetración en los gobiernos locales. Algunas fuentes y analistas señalan que el conflicto en Perú es agitado por los seguidores de Evo Morales y que detrás está el poder del crimen organizado y del narcotráfico. Algo similar ha ocurrido en Argentina. El advenimiento de la democracia no significó un combate contra las mafias. El primer presidente de este período democrático en la Argentina fue Raúl Alfonsín. El tenía una frase de cabecera para defender el sistema: “Con la democracia se come, se cura y se educa”. La frase descuidó el avance del Crimen Organizado Transnacional.

Por estos días sigue recogiendo premios la película Argentina 1985 que rememora el juicio a la junta militar de los 80. Sin embargo, poco se dice en relación con un asignatura pendiente y cada vez más peligrosa como la guerrilla organizada, con la subversión tan ligada con grupos guerrilleros como las FARC, ELN (de Colombia) o Sendero Luminoso (de Perú) que continúan operando en la región con militancia y adoctrinamiento. La Argentina ha descuidado este avance nefasto y, en gran medida, ha sido cómplice. La desidia del Estado y la pobreza son condiciones necesarias para la penetración del Crimen Organizado y el Terrorismo que proponen grandes sumas de dinero. Voy a mencionar algunos ejemplos:

La primera venta de armas a Irán ocurrió durante el gobierno de Alfonsín en los años 80. Al hecho se lo conoció como Irangate. Al gobierno de Alfonsín le sucedió el de Menem en los 90. Durante esa década avanzó el terrorismo internacional; la voladura de la Embajada de Israel en 1992, el mismo año en que se detectó el tráfico de armas a Croacia. Menem fue denunciado por el tráfico de armas a Ecuador, Croacia y Bosnia Herzegovina en plena guerra yugoslava y en medio de la guerra de Ecuador contra Perú. Fue revelado por un trabajo periodístico: la justicia se hizo eco, hubo condena en varias instancias. Sin embargo, en 2018 absolvió a los acusados, entre ellos el ex presidente Menem, por el tiempo demorado en la investigación.

El 17 de marzo de 1992 estalló la Embajada de Israel y del consulado. Allí hubo 22 muertos y 242 heridos. Fue el primer atentado terrorista internacional que sufrió nuestro país.

Dos años más tarde, el 18 de julio de 1994, fue volada la sede de la Asociación Mutual Israelita, AMIA, con al menos 85 muertos y cientos de heridos. Detrás de ambos hechos estuvo el terrorismo internacional. Se acusó a la organización Hezbolá. La misma que se sospecha fue visitada por los tripulantes del avión de la empresa Emtrasur que aún permanece en la Argentina. Al principio del gobierno de Menem, hubo encubrimiento de este hecho de acuerdo con lo investigado por la justicia. Fue el mismo presidente que perdió a su hijo Carlitos Juniors en una tragedia aérea que fue investigada como accidente.

El encubrimiento de funcionarios iraníes acusados como responsables del atentado a la AMIA fue la base de sustentación de la denuncia del fiscal Alberto Nisman, quien estuvo a punto de denunciar ante la justicia a Cristina Fernández de Kirchner y a otros funcionarios por el llamado Memorándum de Entendimiento con Irán. La justicia argentina investiga la muerte de Nisman como asesinato.

En el comienzo de los 2000 comenzó la era de los Kirchner que llevan cuatro períodos de gobierno desde 2003 hasta la actualidad. En estos veinte años, las muertes por el Crimen Organizado en formas de narcotráfico y terrorismo se multiplicaron. Del mismo modo que el ingreso de los fondos provenientes de este mundo delictivo. Por estos días comenzará el juicio por el caso Antonino Wilson, quien fue descubierto ingresando una valija con 800 mil dólares proveniente de Venezuela. Ese dinero fue uno de los últimos envíos de fondos del Chavismo (que se cree provenían de la petrolera PDVSA) y tenían como destino la campaña política de los Kirchner. Al igual que varios de los cheques que fueron descubiertos luego de los allanamientos a laboratorios en donde descubrieron efedrina que se exportaba a México.

En las dos décadas casi ininterrumpidas de gobierno K, se revelaron hechos de un avance del narcotráfico como nunca antes en nuestro país. Algunos de los acontecimientos que hoy se conocen públicamente, como la amenaza al jugador Lionel Messi (con el tiroteo al supermercado de la familia de su esposa) y la nueva modalidad de asesinatos de menores, son apenas la punta de un iceberg que no muestra lo que pasa debajo de la superficie. La impunidad emula la frase de Pablo Escobar Gaviria cuando compraba a los políticos y funcionarios de Colombia; Plata o Plomo, decía. Lo mismo ocurre en Rosario cuando balean comisarías o negocios que no aceptan trabajar para la Mafia.

Mientras esto ocurre, el escenario público está titulado por las historias muy difundidas entre los medios de las causas denominadas de la Corrupción K: Vialidad u Obra Pública (por la que Cristina Fernández recibó su primera condena a seis años de prisión por Fraude a la Administración Pública); La ruta del dinero K; Hotesur y Los Sauces, Cuadernos de las Coimas, Memorándum con Irán, entre otras.

Pero poco se dice sobre la complicidad y la desidia de varios funcionarios de este gobierno en el avance del Terrorismo o del Crimen Organizado Transnacional. A esta altura conviene preguntarse si la Argentina va camino a convertirse en un Narcoestado. Hay quienes hablan de la mexicanización de nuestro país.

Mientras escribo estas líneas, la jueza federal Sandra Arroyo Salgado, viuda del fiscal Nisman, cuenta que fue amenazada y le dijeron que iba a terminar como su esposo si se metía con el narcotráfico. Y que en una de sus causas descubrió una operación de “El Cartel de Sinaloa en la Argentina. Un informe de la DEA lo corroboró. Como jueza pudo saber que un mexicano de ese cartel en Argentina era el responsable; junto con personal de Aduana de Argentina y otros funcionarios del gobierno formaban parte de un transporte de un contenedor de droga con destino a Yucatán, México, para terminar en Europa”, señaló en una entrevista en el canal La Nación+.

A continuación enumero un listado de hechos que son determinantes para entender este avance. Estos hechos fueron descritos por quien suscribe en la Conferencia dictada cuyo link va a continuación: https://www.youtube.com/watch?v=X43a9GdjMxc&list=UULFGxN7yeT3RkHX3WdGxaKlsQ&index=18

La idea del Narcoestado se fue desnudando a partir del dinero del Crimen Organizado pervirtiendo la política en todas sus fases. Desde las fuerzas federales, penitenciarias, armadas, funcionarios judiciales y del gobierno. Los últimos crímenes ocurridos en Rosario fueron ordenados desde la cárcel. Este semana se conoció que un narco condenado por varios delitos (entre ellos un homicidio) compró un helicóptero en Paraguay para un operativo de fuga que fue impedido por un trabajo conjunto de varios fiscales, entre ellos Diego Iglesias de la Procuraduría de Narcocriminalidad. También intervino la fiscal Cecilia Incardona y el juez Nicolás Kreplak. Funcionarios que no fueron comprados por la Narcopolítica que sigue su paso. Repasemos algunos casos para entender este proceso:

La Argentina usa habitualmente media tonelada de efedrina para la industria farmacéutica local. Pero desde el ingreso de los Kirchner en 2003, pasó a tener un récord de importación de precursores químicos que alcanzó 20 toneladas hasta el 2007. Es decir que aumentó más de un mil por ciento. Imaginen que gran parte de esa efedrina terminó en manos de los carteles mexicanos. El gobierno de ese país había puesto un control sobre esa droga debido al avance de los grupos narcos y del tráfico de drogas químicas. El triple crimen de General Rodriguez fue un antes y después en este avance. En 2008 asesinaron a Sebastián Forza, Leopoldo Bina y Damión Ferrón, tres empresarios farmacéuticos ligados al tráfico de Efedrina a partir de laboratorios que aportaron a la campaña K. Se encontraron cheques que así lo demostraban. Lo insólito es que el entonces ministro del gobierno era Anibal Fernández, es el mismo que por estos días está a cargo de la cartera de Seguridad y Justicia. Muchos señalaron que detrás de ese avance y crimen organizado estaba “la morsa”. Y que ese apodo corresponde al ministro.

La aparición de pistas clandestinas para aviones que trasladan droga en distintas zonas del país fue otro de los síntomas mientras se multiplicaban los envío por medio de las denominadas rutas de la cocaína y la marihuana. La llamada Hidrovía, que recorre la Mesopotamia desde el norte hasta el centro del país, es la principal fuente y ruta de los narcos; por allí transportan cantidades de droga que vienen de México, Colombia, Perú, Bolivia y Paraguay y terminan en Europa vía cargamentos dentro de contenedores que cargan con complicidades en los puertos o en alta mar. Esto se demostró por varias causas judiciales en decomisos en Europa sobre cargamentos que llegaron desde Buenos Aires.

El surgimiento de Rosario Narco. La Sinaloa Argentina. Surge el eslabón de El sicariato. La cadena del crimen organizado que va desde el reclutamiento de soldaditos para el transporte de droga hasta el lavado del dinero a gran escala por medio de inversiones en barrios y embarcaciones. Todo funciona con complicidades en cada uno de los puestos de controles del Estado. A esta altura, tanto en las diversas aduanas como en los puestos claves de la logística hay funcionarios que trabajan para los narcos.

Todavía está en Buenos Aires el avión de la empresa Emtrasur de origen iraní venezolano que transportaba a iraníes que estuvieron detenidos en la Argentina sospechosos de terroristas. Ese vuelo que fue detectado casi por casualidad violó nuestro espacio aéreo sin que llamara la atención de las autoridades locales. Antes de llegar a la Argentina, había estado en Ciudad del Este, Paraguay. Una zona conocida como la Triple Frontera. El refugio para células terroristas de Hezbolla y otras organizaciones del Crimen Organizado. Sin embargo, fueron liberados por la justicia. Esas fuentes me confirmaron que no pudieron verificar al cien por ciento que se trataba de terroristas. Pese a que la justicia norteamericana los investiga por esas razones a partir de la verificaciones de las identidades y pertenencia a organizaciones de ese origen.

Rosario en Santa Fe, el Conurbano en la provincia de Buenos Aires o la capital en la provincia de Córdoba representan la parte más visible de la división de tareas y del negocio que solo se combate, en parte, en su forma más diminuta, como el Narcomenudeo. Las provincias del norte argentino son la fuente de provisión, de rutas y de laboratorios clandestinos. Las provincias del centro son las de exportación hacia el mercado internacional y las que reciben los fondos de inversión en barrios completos (tal como ha pasado con varios condominios tanto en Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires). En el sur, el Crimen Organizado tiene otras formas más vinculadas con los negocios con el Estado.

Sin embargo, en los últimos años, se ha descubierto que el caos, la desinversión, la crisis social, política y económica en democracias incipientes han puesto en tela de juicio la propiedad privada de la tierra. Esta idea, también conocida como la reforma agraria (en una versión posmoderna) plantea una nueva distribución de los espacios para quienes puedan poseerlo con el poder de la fuerza y del dinero. Es la hipótesis de los dueños de la tierra con la intervención de diversos grupos sociales, políticos, originarios e incluso terroristas. Algunos ejemplos en la Argentina son:

Los seudo mapuches que acosan el sur argentino y el sur de Chile. Con el llamado Caso Maldonado, se intentó dinamitar al gobierno de Macri por la muerte de aquel, pero la Justicia demostrara que se ahogó en el Río Santa Cruz. La por entonces Patricia Bullrich pudo sortear ese obstáculo pese a la insistencia de sectores de este gobierno por acusar al anterior gobierno. Conozco bien el caso; fui el primer periodista en ingresar a ese denominado territorio sagrado mapuche cuando aún se buscaba a Maldonado. Los encapuchados avanzan en las usurpaciones a fuego y violencia. Amenazan y ejercen violencia sobre los pobladores bajo la consigna de que ese territorio les pertenece. Detrás de estos encapuchados hay grupos extranjeros. Y los abogados que los representan son ex Montoneros (el grupo subversivo que agitaba la bandera peronista).

El surgimiento de La Tupac Amaru en Jujuy bajo el liderazgo de Milagro Sala que recibió extraordinarias cantidades de fondos del Estado para la construcción de viviendas que nunca realizó, con denuncias que van desde la asociación ilícita hasta coacciones, amenazas y violencia con quienes no obedecían sus designios dictatoriales, azotó en gran medida a todo un sector de la población de la provincia norteña de Jujuy. Hace algunos meses recorrí la provincia documentando estos casos que fueron publicados en el canal de TV de La Nación.

El Movimiento Campesino de Santiago del Estero, MOCASE, es otra muestra. En la provincia gobernada por los Zamora, que se reparten el poder feudal a lo largo de los años, hay una plaga de denuncias por los peores abusos de parte de grupos aliados con el poder de turno. El MOCASE nació hace algunas décadas atrás para defenderse de las usurpaciones que provenían desde el poder de los terratenientes. Hoy se han cambiado de bando y apoyan ciertas usurpaciones. Hay que conocer las historias.

En 2006 dediqué el capítulo de un libro llamado Tierras SA, bajo el título “Santiago querido, Santiago robado”, en alusión a la canción del cantautor Leo Dan (oriundo de esas tierras) que hizo una canción llamada “Santiago querido, Santiago adorado”. En ese libro conté el abuso en las usurpaciones que sufren los campesinos. Esto sigue hasta hoy: hace un par de años volví y la situación había empeorado. También lo conté en un programa de investigación de TV llamado La Cornisa, muy popular en la Argentina. Hay dos casos emblemáticos para entender estos abusos; el caso Tonani y el caso Ardiles que muy bien documentó en su viaje el embajador Armando Valladares junto a Marcel Feraud y el equipo del Instituto Interamericano para la Democracia IID. A esto hay que sumarle el avance del narcotráfico en Santiago del Estero; cada vez son más las pistas clandestinas que llevan y traen droga. Las usurpaciones necesitan de grupos guerrilleros en preparación o formación permanente. Eso es lo que se viene detectando en algunos lugares de la Argentina. En el norte y también en el sur se detectaron células de la organización Sendero Luminoso trabajando en este adoctrinamiento.

El adoctrinamiento en las escuelas es otro de los métodos en los campos fértiles que necesita el Crimen Organizado. Un trabajo sistemático, como de hormiga, que funciona bajo la consigna de una educación de tipo popular que genera resentimiento temprano sobre quienes producen riqueza. Se flamean banderas del Che Guevara para odiar a quienes general capital y todo modo de riqueza, y se ofrece tributo a los gobernantes de turno -como dioses-. Se genera idolatría a determinados líderes políticos (tal como ha pasado con organizaciones como La Cámpora que idolatra a Cristina Fernández de Kirchner) o como se propuso desde el Foro de San Pablo, y se los invita a marchar a su favor. Se genera una obediencia al líder. Como contrapartida de entregar el alma al diablo, se ofrecen migajas, limosnas o regado como planes sociales o puestos laborales como mano de obra que necesita dinero negro para movilizarse.

Las agrupaciones sociales y el reclamo civil resultan una olla a presión y el estado suficiente para la locura. Algunos días atrás, una pueblada incendió la casa de varios narcos sospechados de haber asesinado a Máximo Jerez, un chico de 11 años que recibió un tiro en su espalda luego de una balacera en las afueras de Rosario. Las imágenes mostraron un caos parecido a un infierno terrenal. Hubo incendio de viviendas y los pobladores ajusticiaban a los acusados que eran protegidos por la policía. El panorama dantesco parecía sacado de una serie postapocalíptica. Eso pasa cuando el Estado está ausente o es cómplice. Y la situación puede empeorar.

La democracia es imperfecta y tiene grietas como todo sistema humano. Por eso se necesita un aporte y el compromiso de todos. En el fondo, se trata de un problema cultural. Prácticas de grupos sociales, familiares. De comunidades completas en donde solo importa construir poder y riqueza. Los mesiánicos de la pobreza se enriquecen a costa de una manada dispuesta a vender su alma al diablo. Es el adiós a la meritocracia. A lo bueno, lo ético, lo moral y lo bello. No hay una carrera por ser mejores. Solo importa la idolatría servil al dios de turno. En el fondo es también un problema de identidad. Individual y colectiva. De la sociedad civil, de las instituciones y del Estado. El gobierno de turno debe adecuarse a la ley y soltar sus privilegios. Para eso el Poder Ejecutivo tiene controles en el Legislativo y en el Judicial. Y para esto el rol del periodismo es clave. Para iluminar la caverna. Para empujar hacia la búsqueda de la verdad. Es clave el trabajo de desocultar lo secreto; de divulgar mejores historias que circulan en entidades como estas en las que tengo el privilegio de expresarlas con libertad.


«Las opiniones aquí publicadas son responsabilidad absoluta de su autor».