SIMON BOLIVAR ¿Habrá regresado a Bolivia?

Luis Beltrán Guerra G.

Por: Luis Beltrán Guerra G. - 26/10/2025


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A la historia se le concibe como “la narración y exposición de los acontecimientos pasados y dignos de memoria, sean públicos o privados”. Se hace mención, asimismo, al término “historiografía”, acuñado por el filósofo y poeta italiano, Tommaso Campanella, para indicar “el arte de escribir correctamente la historia”.

El destacado político boliviano, Carlos Sánchez Berzain, Director/Fundador del Inter American Institute for Democracy, sostiene que “el 17 de octubre de 2003, el presidente constitucional de la República de Bolivia Gonzalo Sánchez de Lozada y su gobierno de coalición fueron derrocados violentamente”, lo cual condujo a un país sin democracia, sin república y sin soberanía y a convertir a Bolivia en “dictadura y narcoestado”. Bolivia, no ha escapado, por consiguiente, de la consuetudinaria metodología del “arbitraje castrense”, a cuya fuente en la jerga latinoamericana se le identifica, también, como “madrugonazo”, inventiva que ha distorsionado los procesos democráticos, convirtiéndolos, prácticamente, en “dictaduras”.

Los bolivianos, por fortuna, parecieran encaminarse a la metodología democrática, cuya esencia como se sabe radica en la voluntad popular, la cual se ha expresado con la reciente elección como Presidente de Rodrigo Paz, hijo, por cierto, de Víctor Ángel Paz Estenssoro quien presidiera al País y en cuatro ocasiones. El recién designado plantea “un capitalismo para todos, poner fin a la “burocracia estatal (que denomina “el estado tranca”) y una adecuada regionalización.

La victoria de Paz, como leemos, abre un nuevo ciclo político en Bolivia. Accede, como leemos, a la presidencia del país con una propuesta de gobierno con la cual procura alejarse de los extremos. Una de sus consignas "capitalismo para todos", poner fin al denominado "Estado machiavelico", profundizando en las autonomías regionales. Estima, asimismo, que la reapertura de las relaciones con Estados Unidos, suspendidas desde 2008 por Evo Morales, constituirá, sin dudas, una acercamiento a los organismos multilaterales. El país demanda equilibrios, escucharnos, consensuar, pero hacerlo con firmeza. Nosotros representamos lo nacional, popular y democrático. Bolivia es un país diverso, en el cual la gente entiende que de ideologías no se come, sino trabajando y produciendo. El socialismo nos deja una inmensa deuda. Pudiera afirmarse, por consiguiente, que en Bolivia ha renacido la esperanza por una república moderna.

En un interesante estudio de Zenaida Guánchez de Méndez, titulado “Simón Rodríguez, la Constitución de 1826 y el Proyecto de Educación Popular” (Cátedra: Simón Rodríguez. Facultad de Humanidades y Educación, Universidad Central de Venezuela), se califica al “movimiento de independencia hispanoamericana” como un ejercicio de la “voluntad política” en aras de la incorporación, como sucedido desde Grecia hasta nuestros días, de la racionalidad a las instituciones políticas, en aras de su eficiencia y credibilidad. Evidencia es, para la académica, el esfuerzo intelectual de Simon Bolívar en aras de configurar un proyecto institucional lo suficientemente plausible para Bolivia, sustentado en el racionalismo y las peculiaridades históricas presentes. La autora hace mención a la necesidad de “un orden constitucional” conforme al escenario hispanoamericano, que con serias disimilitudes dificultaban la aplicación de fórmulas constitucionales propias de otras latitudes, en lo cual se mantienen contestes tanto el Libertador como Simon Rodríguez y quienes, por tanto, decididos a tomar en cuenta la originalidad de los pueblos hispanoamericanos.

La profesora estima como evidencia de que ambas personalidades compartían, sin duda alguna, la necesidad de “instituciones políticas originales”, la circunstancia de que Rodríguez dejó expresado: ¿Dónde iremos a buscar modelos? La América Española es original, por lo que originales han de ser sus instituciones y su gobierno y originales, también, los medios de fundar uno y otro. O inventamos o erramos”. Determinante convicción, sin duda alguna.

Este ensayo persigue, amigo lector, poner de relieve la gesta de Simon Bolívar para con Bolivia, país para el cual redactara su primera constitución. En efecto, se lee “la Constitución Política de Bolivia de 1826, conocida también como “Constitución Bolivariana”, fue el primer texto constitucional que elaborara el Libertador. Y asimismo sancionado por el Congreso General Constituyente en fecha 6 de noviembre de 1826. Pero, otra evidencia de la venezolanidad de entonces revela que fue promulgado por Antonio Jose de Sucre, el 19 de noviembre del citado año.

Es por ello por lo que expresamos nuestra satisfacción por el retorno de Bolivia a la democracia. No nos atrevemos a afirmar que se trata de una “sincronicidad”, la ciencia detrás de “las casualidades significativas”, y a la cual pareciera referirse William Blake: “Para ver el mundo en un grano de arena, Y el Cielo en una flor silvestre, Abarca el infinito en la palma de tu mano Y la eternidad en una hora”. Adicionalmente, permítasenos copiar de que Carl Gustav Jung observó en las casualidades de hechos altamente improbables, la expresión de un fenómeno que merecía ser estudiado con rigurosidad.

Preguntémonos, por consiguiente, para concluir si con el título que usamos SIMON BOLIVAR ¿Habrá regresado a Bolivia?, advertimos de que pudiéramos estar en una hipótesis de “sincronicidad”. La hipótesis opuesta es la de aquellos que afirman que las pretendidas similitudes en dos hechos es una mera casualidad.

@LuisBGuerra


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