Por: Luis Gonzales Posada - 28/04/2025
El empresario Daniel Roy Gilchrist Noboa Azin ganó, por amplio margen, la elección presidencial del Ecuador, una victoria que ha devastado a los grupos izquierdistas del hemisferio. Especialmente, a gobiernos y dirigentes consorciados en el poderoso Foro de Sao Paulo, en el Grupo de Puebla y en el bloque del Socialismo del Siglo XXI.
Ahí están, cariacontecidos, humillados, con rostros de velorio, Lula da Silva, Maduro, Daniel Ortega, Cristina Kirchner, López Obrador, Claudia Scheinbaum y los bolivianos Luis Arce y Evo Morales.
Maduro resumió la rabieta izquierdista afirmando que “hubo un fraude escandaloso, putrefacto, financiado por el imperialismo”, tachando de “mafiosos y sinvergüenzas” a los partidarios de Noboa. Quien lo dice no es otra persona que el pillo o gazapin que perdió las elecciones ante el embajador Edmundo González Urrutia, ganador con el 67% de los sufragios, pero ignoró su derrota y continúa entornillado en el Palacio de Miraflores.
Y, como no podía faltar, porque siempre está ahí, intrigando, denostando, calumniando, Evo Morales, sujeto ladino, que se sumó a la patraña afirmando, sin ninguna prueba, que “hubo fraude”, a pesar que las misiones de observadores de la OEA y de la Unión Europea monitorearon el proceso y avalaron el resultado.
Hijo del agricultor más rico de su país, graduado en administración de empresas en Harvard Kennedy Scholl y en la universidad George Washington, tiene estirpe presidencial. Diego Noboa y Arteta, en efecto, ejerció la jefatura de Estado dos meses y 18 días, del 8 de diciembre de 1850 al 26 de febrero de 1851. Gustavo Noboa y Bejarano, rector de la Universidad Católica de Guayaquil, gobernador de Guayas y vicepresidente de Jamil Mahuad, gobernó del 22 de enero del 2000 al 15 de enero del 2003, por decisión de las Fuerzas Armadas y de la Asamblea Nacional, luego que Mahuad fue derrocado por los militares.
Su propio padre, el millonario Álvaro Noboa Pontón, fue candidato presidencial en cinco oportunidades.
El joven político fue miembro de la Asamblea Legislativa del 2021 al 2023, año en que el mandatario Guillermo Lasso, aplicando el artículo 148 de la Carta Fundamental, decretó la llamada “muerte cruzada”, renunciando al cargo, disolviendo el Parlamento y convocando a elecciones, que ganó Noboa para completar los 18 meses del periodo de Lasso.
En estos nuevos comicios, la correistaLuisa González obtuvo 32. 5% de votos en la primera vuelta y Noboa 22.5%. Pero, en la segunda vuelta, las cifras revirtieron: Noboa ganó con 56% y su opositora quedó con 44%; una diferencia de doce puntos.
Su debacle fue decir que convocaría a Rafael Correa como asesor, oferta que los ecuatorianos interpretaron que éste sería el verdadero poder en la sombra.
Asimismo, en varias intervenciones se negó a admitir que Maduro era un dictador y al mismo tiempo lanzó loas a la corrupta lideresa argentina, Cristina Kirchner, a López Obrador y a Lula, además de citar en las manifestaciones frases del guerrillero cubano Ernesto “Che “Guevara.
Un explosivo cóctel de torpezas que la desbarrancaron, mientras Noboa predicaba a favor de más inversiones para superar la crisis económica y en comprometerse a luchar contra la delincuencia en expansión.
Por ello, el mayor reto del reelecto presidente es la seguridad debido a qué Ecuador registra el mayor número de homicidios y violencia del hemisferio, a lo que se suma la muy grave situación carcelaria, como lo recuerda que del 2021 al 2024 fueron asesinados 1,500 reclusos en los superpoblados centros penitenciarios y que las bandas criminales controlan parte del país.
Noboa es un político dinámico y explosivo. Lo demostró desconociendo a su vicepresidenta Verónica Abad y ordenando que militares y policías asaltaran la embajada mexicana en Quito para sacar enmarrocado a Jorge Bless, ex vicepresidente de Rafael Correa, a quien el gobierno de México había concedido, indebidamente, asilo político después de ser sentenciado por recibir coimas de Odebrecht.
El Perú y Ecuador somos una sola nación, pueblos hermanos, unidos por 1,529 kilómetros de frontera común y por los Acuerdos de Brasilia de 1998, que incluyen los tratados de Comercio y Navegación y de Integración Fronteriza. Sin duda, con Noboa peruanos y ecuatorianos avanzaremos por ese camino de integración bilateral.
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