Por: María Fernanda Egas - 2022/09/11
Share:Intervención de María Fernanda Egas en la presentación del libro “Manual para hundir un país de Israel Mérida Martínez”.
Un cordial saludo a todos los que nos acompañan en esta presentación de este libro tan necesario para la memoria histórica de otro país secuestrado por la organización del SXXI.
Es para mi un privilegio comentar sobre el trabajo realizado por mi dilecto colega Israel Mérida Martínez, pues entiendo su necesidad de que exista un registro cronológico que ayude a estas y futuras generaciones a recordar y a comprender el infortunio de su patria.
Manual para Hundir un país, asegura Israel Mérida Martínez, es una narración cronológica de la sucesión presidencial de Jeanine Añez, quien ejercía el cargo de Vicepresidente de la Cámara del Senado cuando renuncia de Evo Morales a la presidencia de Bolivia el 12 de noviembre 2019, tras 21 días de resistencia civil y la anulación de las elecciones presidenciales.
Si bien la línea que conduce su crónica va paralela a una crítica de orden ético y moral, citando inclusive la visión de vida de servicio de Jesucristo de acuerdo a la Biblia para revivir aquel momento en que Jeanine Añez entró al Palacio a posesionarse empuñando las sagradas escrituras, Israel Mérida Martínez no escatima en recordar que el mandato que recayó en Añez tras la lucha del pueblo en las calles consistía en la pacificación del país, hacer un llamado a nuevas elecciones, hacer frente políticamente al gobierno saliente. Y que por ambiciones personales o por sometimiento a grupos de interés, erró irremediablemente el camino.
La administración Añez en tiempo récord no llegó a diferenciarse mucho de los gobiernos que la precedieron, se llenó de denuncias de corrupción, nepotismo, cuestionadas medidas económicas, crisis sanitaria, y la cereza del pastel, su propia candidatura presidencial.
Pero el autor necesita contar cómo Bolivia llegó a perder una oportunidad tan dorada de deshacerse de la franquicia castrochavista.
Bolivia había vivido 14 años de ser un laboratorio vivo de los experimentos dictatoriales del Socialismo Siglo XXI. El Movimiento Al Socialismo de Evo Morales no consideraba la alternancia del poder y venía cimentando su permanencia, utilizando lo que Israel Mérida Martínez denomina “la judicialización de la política y la politización de la justicia”, abusando del poder para reprimir a la oposición y todo disenso, desaparecieron institucionalidad, el estado de derecho, el sistema de pesos y contrapesos, y todo el guion para perpetuarse en el poder.
Mérida Martínez escribe para recordarnos que en Bolivia se ha derramado sangre, mucha sangre, por la libertad. Da cuenta de casi un centenar de muertos por conflictos sociopolíticos y nos da un dato muy importante: “Antes del 2005 existían organizaciones de DDHH que se encargaban del registro de personas fallecidas durante conflictos sociales que desparecieron con la llegada del MAS al poder, y enumera varios enfrentamientos que merecen ser nombrados y que voy a aprovechar esta oportunidad para mencionarlos: (Págs. 14 y 15).
2006 Enfrentamiento entre mineros asalariados y cooperativistas en Huanuni: 12 muertos y 130 heridos.
2007 La Calancha, Sucre. Exigían la restitución de la capitalía plena: 3 muertos, 130 heridos.
Cochabamba, enfrentamiento entre campesinos y habitantes de la ciudad: 2 muertos, un centenar de heridos.
2008 El Porvenir, Pando: 13 muertos, 53 heridos y más de 30 detenidos.
2009 “Hotel Las Américas”, Santa Cruz: 3 muertos.
2010 Enfrentamiento entre pobladores y comunarios de Alto Beni y Caranaví, con intervención policial: 2 muertos y decenas de heridos.
2012 Yapacaní. Comunarios en protesta exigían la renuncia del alcalde del MAS. Intervención policial en el conflicto. Saldo: 3 muertos.
2013 Incursión violenta a comunidades de Apolo: 4 personas muertas.
2014 Enfrentamiento entre policías y cooperativistas por Ley Minera y Metalurgia: 2 fallecidos y 60 heridos.
2016 Panduro. Mineros cooperativistas y policías enfrentados: 5 muertos. Entre ellos el viceministro de Régimen Interior, Rodolfo Illanes.
2018 La Asunta. Enfrentamiento entre policías y cocaleros: 2 muertos, decenas de heridos.
2019 Tras la elección presidencial, las denuncias de fraude electoral y los 21 días de resistencia ciudadana: 30 fallecidos y más de 200 heridos.
Sin embargo, la versión que hasta hoy mantiene Evo Morales es de cero muertos por conflictos derivados del proceso de imposición de otra dictadura castrochavista en América Latina.
Otro capítulo histórico que ha debido quedar registrado para la historia es el Referéndum Constitucional del 21 de Febrero de 2016 en el que Bolivia Dijo NO a la reelección presidencial de Evo Morales, el que sería su cuarto mandato y que sin embargo, contrario a la decisión del pueblo boliviano, y tras un fallo de la Corte Constitucional que reconoció su DDHH a ser candidato presidencial, volvió a postularse. Y Bolivia volvió a salir a las urnas. Y cuando el dictador vio con el 83% de votos contabilizados que debería ir a una segunda vuelta, se anunció que el sistema de Transmisión Rápida de Resultados se había paralizado.
La conmoción dentro y fuera de Bolivia fue determinante. La OEA acabó realizando una auditoría que concluyó con un informe que certificaba que existió manipulación dolosa, irregularidades graves en los resultados y en el cómputo final. En buen español: fraude.
Evo Morales no había perdido solamente el respaldo del pueblo boliviano. A las imágenes que no podrán ser nunca borradas de la memoria, de la fuerza pública respaldando al pueblo en las calles, se reforzó con la carta de los oficiales subalternos de las FFAA recordando a Morales la Constitución Política del Estado.
Evo Morales había perdido el respaldo de la Policía y de las Fuerzas Armadas.
El 12 de noviembre, tras 21 días de paralizaciones, Evo Morales renunció a la presidencia y viajó a México. Desde allá habría realizado llamadas al dirigente cocalero Faustino Yucra Yarwi, que fueron confirmadas por el Instituto de Investigaciones Técnico Científicas de la Universidad Policía.
Evo se fue condenado por Estados Unidos, la Unión Europea, Argentina, Brasil y Gran Bretaña. Pero especialmente, por una sociedad civil valiente y decidida que, a pesar de la violencia de quienes intentaron dinamitar reservas de hidrocarburos líquidos y una treintena de muertos, quemas de casas, incendio de 64 buses públicos, le volvió a decir NO a Evo Morales.
El autor realiza su justificada crítica de la gestión de Jeanine Añez de manera implacable. Salir de Evo Morales no había sido nada fácil y era su deber enrumbar a Bolivia por la senda de la libertad y democracia. Entre las debilidades de Añez considera el haber cambiado de ministros como haber cambiado de calcetines. En un año, Añez juramentó 34 jefes de cartera y realizó 17 cambios, acabando su gobierno con apenas 7 ministros del gabinete original. Enfatiza en la “poca presencia de los profesionales provenientes del movimiento cívico y ciudadano que propiciaron la renuncia de Evo Morales. Es crítico de su política internacional como de comunicación en la que se crea frentes con corresponsales internacionales, medios de comunicación y práctica de cyberpatrullaje en las redes sociales durante la pandemia, con amenazas de 10 años de prisión a quienes consideraban que desinformaran sobre el covid19.
Manual para Hundir un País describe paso a paso los errores en los que incurrió Jeanine Añez y que echaron al traste una oportunidad histórica que llevó mucho tiempo y costó muchas vidas llegar a tenerla. Todos sabemos el desenlace de esta tragedia boliviana, en el que Jeanine Añez acaba por sus propios errores en prisión y Evo Morales recupera el poder vía Arce Catacora.
Enrique Rosenthal, citado aquí, dijo: “Un verdadero líder no crea separación sino une a las personas y el fin de un político real y con ética, debería ser unir a su pueblo”.
Felicitaciones al autor por su nuevo libro.
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