Estados Unidos, Venezuela y el dilema de Port Royal

Beatrice E. Rangel

Por: Beatrice E. Rangel - 12/08/2025


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En el siglo XVII las autoridades de Francia, Inglaterra y los Países Bajos confrontaron la necesidad imperiosa de poner fin al dominio que Port Royal ejercía sobre el comercio entre Europa y los territorios americanos. Port Royal era un bullicioso refugio de piratas y la ciudad más rica del Caribe, conocida por su libertinaje y como base para bucaneros y corsarios. Port Royal era el producto de equivocadas políticas publicas por parte de esas tres potencias europeas cuyas cabezas reinantes no aceptaron jamás la Bula Inter Caetera ni el Tratado de Tordesillas que asignaban y delimitaban el territorio de las Americas a España y Portugal. Pero comoquiera que el pontífice era el distribuidor del derecho divino una pelea abierta no era aconsejable. De manera que adoptaron una forma de intervención no oficial armando ciudadanos de dudosa conducta para que atacaran los navíos Portugueses y Españoles provenientes de América. Estos señores quienes fueron conocidos como piratas y corsarios se adueñaron de un territorio en Jamaica desde donde partían sus exitosas operaciones de ataque y rapiña no solo a los buques y navíos sino a los puertos españoles y portugueses, estos últimos ubicados en Brasil. En síntesis los piratas y corsarios se tornaron en una fuerza independiente que obligo a sus creadores a ponerles un ultimátum o confrontar la pena de muerte. Algunos negociaron, otros murieron en el maremoto que hundió a Port Royal mientras que un pugnado desafío a las tres coronas y fue condenado a la muerte.

Cuatro siglos después Estados Unidos confronta un dilema similar. Las mafias de la droga han creado cadenas de valor y ocupado territorios que amenazan el desenvolvimiento del comercio internacional y ponen fin a la soberanía de muchos estados donde anidan como es la caso de Venezuela y en menor medida México. Y como bien dijera Milton Friedman este es el resultado de políticas públicas que al criminalizar un producto crean monopolios económicos de tal magnitud que permiten violar las normas y amasar fortunas inimaginables. Luego de décadas de combate a la droga, el negocio no solo ha crecido entre el año 2000 de mil millones de dólares a un millón de millones de dólares en el 2022 sino que se ha diversificado en tráfico de seres humanos; copias de productos y lavado de activos.

Hasta el presente el asunto había sido tratado por la via diplomática exigiendo a las naciones del hemisferio dibujar y ejecutar planes de lucha contra la producción y tráfico de droga en sus territorios. Dichos planes eran condición sine-qua-non para obtener la certificación de Estados Unidos sin la cual el país que de ella careciera era y es sacado del sistema financiero internacional.

Claramente la Administración Trump ha decidido encarar el problema como lo que es: un asunto de cumplimiento de la ley y no de diplomacia.

Este enfoque plantea la ejecución de tres pasos que Estados Unidos está ejecutando de manera pública y clara en el caso de Venezuela. En primer lugar se hace pública la condición delincuencial de los lideres del país incursos en crímenes relacionados con el tráfico de drogas. Esta etapa se ha cumplido al hacer los Estados Unidos públicas las ordenes de arresto que pesan sobe al menos tres de los gobernantes de Venezuela asentadas en investigaciones de la Fiscalía. Luego se ofrece recompensas por la captura de dichos lideres carentes de legitimidad política. Y finalmente se pone el caso en manos de los organismos competentes para atender las violaciones de la ley que en el caso de los Estados Unidos son el FBI, el Marshall y el ejército. De estos tres pasos dos se han cumplido. Solo falta por ejecutar la orden dada por el presidente Donald J. Trump al ejercito de Estados Unidos de perseguir a las mafias de la droga donde quiera que se encuentren. Y desde luego del cumplimiento de esta nos enteraremos por los cables noticiosos cuando ocurra. Pero lo importante es resaltar que el cambio de paradigma en las relaciones hemisféricas afectara mas temprano que tarde al régimen de Venezuela y por extensión a sus socios: los carteles mexicanos.


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