Bolivia y el péndulo de la Historia

Beatrice E. Rangel

Por: Beatrice E. Rangel - 19/08/2025


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La victoria de Rodrigo Paz en las elecciones presidenciales celebradas en Bolivia el 17 de Agosto revelan la presencia de fuerzas de cambio en América Latina. Dichas fuerzas vuelan sobre las corrientes del agotamiento de un modelo de gobernanza que si bien incitó el entusiasmo de los pueblos prontamente reveló su semilla autoritaria y su estulticia económica. Al igual que en Venezuela en el 2024 cuando el pueblo rechazó de manera contundente el liderazgo chavista, en Bolivia el 82% del electorado votó en contra del Mas. En ambos casos el liderazgo gobernante había sumido a estas dos naciones en la miseria y en la violencia política cuyos resultados fueron perder el respeto y el apoyo de la creciente clase media boliviana y la mermada y empobrecida clase media venezolana. El hecho devela además el fin de un modelo de gobernanza marcado por el autoritarismo que envuelto en banderas de izquierda, destruyo el estado de derecho y provocó una estruendosa merma en las condiciones de vida de las familias.

El comienzo de las etapas de ascenso los regímenes autoritarios de izquierda estuvo marcado por el profundo descontento de las clases populares con la conducta de las elites nacionales durante las dos últimas décadas del siglo XX. Para las mayorías era insoportable el monopolio del poder ejercido por esas elites y el continuo deterioro de los servicios públicos. De allí que, una vez expresado el descontento y llegado a la conclusión de que la alternativa autoritaria no era una alternativa democrática, se debería haber producido una movilización cívica que diera lugar al reemplazo. Pero estos gobiernos aconsejados por el liderazgo del Foro de Sao Paulo representado por Fidel Castro y Luiz Innacio Lula Da Silva implantaron la modalidad de gobiernos a perpetuidad mediante el trastoque de las normas democráticas y sobre todo las que resguardan la soberanía como es el caso de los procesos electorales. Así se hicieron con el poder por mucho mas tiempo de lo que las respectivas constituciones estipulaban y, desde luego, que el soberano de Venezuela o de Bolivia estaba dispuesto a tolerar. Y se organizó la sociedad civil para desenmascarar los fraudes y elegir lideres comprometidos con las practicas democráticas. Bolivia inició el proceso hace seis años cuando la sociedad civil organizada presento al mundo pruebas del fraude que intentaba cometer el Mas. Siguió Venezuela en el 2024 cuando la sociedad civil liderada por Maria Corina Machado demostró al mundo que su candidato Edmundo Gonzalez había triunfado en las elecciones presidenciales.

La instauración de os regímenes autoritarios de izquierda ha sido particularmente duro en Venezuela, país del cual han salido casi nueve millones de migrantes obligados a buscar la sobrevivencia fuera de sus fronteras. Esto por fortuna no ha ocurrido en Bolivia donde -pese a lo golpes económicos perpetrados por las gestiones del MAS- existe una clase media vibrante y comprometida con el crecimiento económico que ha sabido extraer ventajas del desarrollo del vecino Perú, país líder en el contexto latino americano en materia de estabilidad económica. También jugó a favor de la democracia la división del propio MAS. Público ycáustico fue el desacuerdo entre Evo Morales fundador y sempiterno presidente del MAS y del país y Luis Arce presidente en ejercicio. Ante esta situación, la dirigencia del MAS urdió un plan realmente absurdo. Presentó varias candidaturas con miras a diluir el rechazo, fracturar el voto en contra de su gestión y hacer fraude. De más está decir que el plan solo sirvió para retratar de manera exacta el nivel de rechazo al gobierno y su partido así como para hacer imposible el fraude.

El desenlace de Bolivia además de debilitar al Mas hasta la posible extinción tiene la ventaja que abre el paso al poder a una nueva generación. Rodrigo Paz pertenece a la generación X es decir la que sucede a los baby boomers y precede a los Milenios. Se trata de una generación que disfrutó de una era de paz y estabilidad económica desconocida para la humanidad. Los miembros de la Generación x son independientes y autosuficientes. Al ser hijos de workaholics valoran el equilibrio entre la familia y el trabajo. Son escépticos y pragmáticos. Por tanto idóneos para adoptar decisiones complejas en poco tiempo y amoldarse a situaciones cambiantes. Jorge Quiroga el otro candidato que calificó para la segunda vuelta es un baby boomer con lo cual no habría cambio generacional si este triunfara en la segunda vuelta.

Cualquiera que llegue a la presidencia de Bolivia representará una ruptura con el pasado y una oportunidad de refundar la democracia en un país que ha luchado por ella desde la época de Victor Paz Estenssoro, tío abuelo de Rodrigo Paz.


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